Estaba yo en mi cubículo
como siempre, cuando recibí una llamada, era de un cliente en la tercera
planta, me decía que había tenido un problema y que necesitaba urgente solución.
Prácticamente había
hecho caer desde el balcón de su habitación, su teléfono celular, hacia la
terraza de la primera planta.
Le dije que se
acercara, que iríamos juntos a molestar al cliente de la terraza.
El cliente de la
terraza no se encontraba, así que entramos a hurtadillas en la habitación para
ir a la terraza y recoger los restos de dicho teléfono (restos, por que caer
desde la tercera planta, poco teléfono podría
sobrevivir) (a menos que fuese un Nokia del modelo antiguo. Ese hubiera atravesado
el suelo como la sangre de alíen la película).
Notar que no es
una acción muy acertada esto de entrar en la habitación de un cliente cuando no
esta y menos si llevo conmigo un buscador de teléfonos precipitados.
A los 2 metros de
haber invadido el territorio enemigo, el cliente que me acompañaba pudo ver que
su teléfono había caído mas allá de la frontera enemigo, o lo que es mejor
decir, fuera del hotel.
Cuando vio por el
balcón pudo ver que su teléfono yacía agonizante, sobre el techo del kiosco de
bebidas de la calle.
Arrancándose los
pocos pelos que tenia, no dejaba de repetir que necesitaba recuperar su teléfono,
por toda la información que en él se encontraba (las fotos guarras pensaba yo).
Le ofrecí una
escalera para poder subirse desde fuera del hotel a dicho kiosco y se le
iluminaron los ojos. Envié al guardia a buscar la escalera, pero este encontró solo
una de 3 escalones, o lo que traducido en metros es igual a 50 cm, lo
suficiente para ir a la rambla y hacer de estatua humana pidiendo limosna.
Pero como
intentar no mata, se fue a ver cuan ridículo podía hacer con dicha ayuda, yo
por si acaso le envié al guardia para que le acompañase y por si la policía intentaba
arrestarlo por …por nada, mas que por hacer el ridículo.
Regreso más
nervioso que antes, seguido por el guardia que trataba de disimular la risa,
pero no lo conseguía. Le ofrecí llamar a un hotel cercano para buscar otra
escalera más grande…
Después de hablar
con mi colega nocturno y que me confirmara que tenia una de 2 metros, se lo
comunique al cliente y a este le regreso la alegría a la cara, con la única objeción
que a buscarla debía ser el mismo cliente. Lo cual accedió.
20 minutos después,
vemos llegar a un chico canadiense caminando alegremente de la mano con su
novia y bajo el brazo una escalera de 2 metros, pero como en la rambla se ve de
todo, no causa estupor a nadie.
Envió al guardia
nuevamente a ayudarlo, ahora era mas que evidente a ojos de un policía que se
estaba subiendo en el tejado del kiosco, la escusa probable:” jefe se me cayo
el balón”, pero eso en ingles y a las 12:45 de la noche no es muy creíble.
Después de usar a
la novia como gata buscadora de trufas, regresan los 3 (pareja y guardia)
sudados pero contentos. Ingenuamente me pregunta:” ¿Ahora que hago con la escalera? ”, A lo cual respondo, devolverla al que se
la pediste…
Hooooo gooood, respondió,
y me ofreció 15 euros por devolverla, lo cual acepte.
Y aquí me
encontraba yo en recepción, con una escalera grande y otra chiquita, y arriba y
arriba por ti seré…
Le ofrecí al
guardia repartir el botín si hacia el trabajo sucio, 20 minutos después, la
rambla de Barcelona vio regresar a la escalera esta vez mejor custodiada, bajo
el brazo de un guardia.
A la llegada del
guardia, le di el dinero y se negó a recibirlo (eres tonto pensé) (en voz alta)
me respondió que en su trabajo no le dejaban recibir propina (eres tonto) (lo
confirme), pero si estas a que para cuidar de que no me roben, desaparecer 20
minutos en ir a dejar una escalera, no es precisamente cumplir con tus
obligaciones.
Bueno si no
quieres el dinero, entonces ve donde Ignacio
y compra un par de cervezas.
Después de lavar
las latas y ponerlas a congelar, nos las Bebimos.
Es bueno dejar tu
seguridad en manos de alguien que tiene principio, es decir, no acepta sobornos
en el trabajo pero si cerveza, latino
tenia que ser (sin ofender, como yo).
Ya saben, si se les cae el teléfono al retrete del
hotel, esperen al turno siguiente.
Buena lectura a
todos.