O llamada despertador como algunos la conocen, es un servicio que ofrecen los hoteles, el de despertarte a la hora solicitada, generalmente para no perder el vuelo o simplemente para aprovechar el día.
Cuando un cliente te solicita que lo despiertes a determinada hora, significa justamente eso, despertar; no que le llames o que le hagas una perdida, sino que le despiertes. Si yo olvidara la llamada, existen leyendas metropolitanas que dicen que el cliente, puede solicitar la devolución del importe del vuelo aéreo que perdió por no ser despertado a la hora solicitada.
En mis 4 años de trabajo, solo se me ha olvidado una vez de despertar a un cliente; fue al inicio de mi carrera (por llamarle de una manera) el cliente paso fugazmente por la recepción, solicitando el condenado despertador, mientras que yo estaba ocupado con otros quehaceres y le dije si al cliente pero en realidad nunca lo desperté; el por supuesto, a la mañana siguiente se quejo y dijo que si perdía el vuelo, nos lo haría pagar. Con el bufete de abogados que tiene la cadena, lo más probable es que le paguen solo el taxi al aeropuerto, y como quien le hace un favor.
(Aquí les dejo una perla de sabiduría, si les sucede a vosotros, mostrarse indignados y preocupados, y exigir el pago del taxi al aeropuerto).
En estos 4 años, como les contaba, he recibido millones de solicitudes, mi turno termina a las 7 am, pero ha habido días en que, llegue a despertar a casi todos los clientes que tenían salida aquel día.
-Una vez, una señora me pidió un despertador cada 15 minutos, desde las 6am hasta las 9 que tenía que abandonar el hotel, naturalmente , yo solo al desperté 4 veces y debió de continuar mi compañero(un señor de 40 y tantos años y con muy poca paciencia) , él la despertó 2 veces más = 7:30 am y luego agoto la paciencia, la señora después de todo , bajo a recepción a las 9:45 , queriendo pasar delante de todos , porque perdía el vuelo; El cabron de mi compañero, bajo las revoluciones , y atendió mas pausadamente al cliente que tenía delante…
-otra vez al acabar mi turno, yo ya estaba cambiado y listo para ir a casa, cuando mi compañera de esa mañana, me suplico que despertara a un cliente que no cogía el teléfono. Subí de prisa a la habitación y comencé a tocar la puerta, no contestaba nadie, pero escuchaba el sonido del teléfono. Baje a recepción por una copia de la llave y regrese nuevamente, con las prisas no pregunte la nacionalidad del cliente, (siempre que llamo, controlo antes, para despertarlos en su propio idioma) (la verdad es que tengo solo 3 posibilidades, las mismas que los idiomas que hablo, para el resto de idiomas, uso el ingles.)
Entonces abrí la puerta, encendí la luz y……. (Suspenso)
Encontré un ser de 180kg de peso, roncando plácidamente, mientras le gritaba y le sonaba el teléfono.
Tuve que pasar a los modos violentos (el cubo de agua me pareció exagerado, aunque admito que me cruzo por la mente) lo cogí del brazo y lo empuje (estaba de lado, por lo cual, todo él era un brazo); cuando por fin abrió los ojos, le dije con una sonrisa; “good mornig, it’s de wake up call”, lo cual él respondió asustado: “¿Quién sos vos? Con un acento argentino que nunca olvidare.
A la mañana siguiente, se le modifico el volumen del teléfono, por lo cual no hubo más contratiempos.
-alguna vez, he despertado a la habitación equivocada, culpa de la caligrafía de mis compañeros.
-esta es la última se los prometo. Cuando tenía entre 18 y 19 años, por esas cosas de la vida, me encontré por un largo periodo, como compañero de habitación a mi padre.
Un fin de semana cualquiera, de esos en los que uno sale se divierte, bebe , bebe y vuelve a beber(como el villancico) , antes de salir esa noche , deje programado mi despertador , porque ya sabía de antemano , en qué condiciones regresaría; a la mañana siguiente, como era de esperarse, el despertador sonó, y mucho, pero al final cumplió su cometido.(era uno de esos despertadores chinos con una sola batería, y un botón en la parte superior para apagar la alarma.) El insistente tiritirí, se metió dentro de mi sueño y me hipnotizo la mano, esta se alargo y apretó el botón, pues ya sabía de memoria, a qué altura estaba, en la mesita de noche.
El dichoso tiritirí, dejo de sonar. Estaba tan cansado, que me quede 5 minutos más en la cama (esos que en la vida real son como 30 minutos) cuando de pronto el reloj volvió a sonar.
Estire la mano de nuevo, pero no conseguía apagarlo. Me comencé a enfadar, me senté, y con la vista nublada, cogí los 3 relojes que veía(que en realidad era solo uno, pero estaba yo mareado)por más que lo giraba como el cubo de rubik, no conseguía hacerlo callar, hasta que poco a poco , el sonido de fondo de una carcajada, se hacía cada vez mas fuerte respecto al tiririri; era mi padre, que había puesto su despertador , 10 minutos después del mío, a solo 50 centímetros de mi mesita. Se divertía tanto, que me resulto imposible enfadarme con el…